El genocidio callado de Gaza

¿Cuántos niños más deben morir para que el mundo actúe?
Mientras la comunidad internacional se inunda de discursos vacíos sobre derechos humanos, en Gaza la muerte avanza sin tregua. Miles de civiles asesinados, familias destrozadas, niños y niñas que mueren no solo por las bombas, sino por el hambre, por la sed, por la desnutrición y la desesperanza. La ONU ya ha lanzado la alarma: se avecina una hambruna sin precedentes. Y sin embargo, Israel continúa bloqueando la entrada de ayuda humanitaria. Desde hace más de dos meses, ni agua, ni alimentos, ni medicinas logran cruzar hacia una población cercada, hambrienta y herida. ¿Dónde está Europa? ¿Dónde están los gobiernos que tanto claman por la paz y la justicia? ¿Dónde están los las acciones de los gobernantes que reconocen a Palestina como país? ¿Porqué este abandono?
Las cifras ya no son suficientes para estremecer conciencias. Se han normalizado las muertes, los cuerpos bajo los escombros, el llanto de madres que entierran a sus hijos. Gaza se desangra ante la mirada cómplice de un mundo que ha decidido callar. Europa, tan rápida para imponer sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, guarda un silencio sepulcral ante el genocidio en Palestina. ¿Dónde está la coherencia moral? ¿Cuál es el baremo que decide qué muertes son condenables y cuáles son aceptables?
En Eurovisión, Rusia fue expulsada por su agresión militar, y sin embargo Israel participa sin problema alguno, como si las bombas lanzadas sobre hospitales, escuelas y viviendas civiles no tuvieran peso moral. ¿Dónde está la vergüenza de quienes permiten esto? ¿Qué intereses geopolíticos, económicos o estratégicos justifican tal hipocresía?
El bloqueo de alimentos, agua y medicamentos a Gaza no es solo un acto de guerra: es un crimen de lesa humanidad. Y quienes lo permiten, lo avalan o lo callan, son cómplices. Europa podría entrar y repartir alimentos. Podría intervenir humanitariamente para frenar esta masacre. Pero no lo hace. Prefiere mirar a otro lado, como si la vida de un palestino valiera menos que la de cualquier otro ser humano.
Y mientras tanto, las iglesias callan. La voz de la espiritualidad, que debería alzarse en defensa de la vida, permanece muda ante este horror. ¿Dónde está la condena clara, firme, sin ambigüedades, de las instituciones religiosas ante este genocidio?
No podemos seguir siendo espectadores de la barbarie. No podemos normalizar la muerte por hambre. No podemos aceptar que se impida alimentar a niños bajo la excusa de la guerra. El silencio no es neutralidad: es complicidad. Y la comunidad internacional se está manchando las manos de sangre por no acudir en ayuda de un pueblo que no tiene culpa de las estrategias políticas de sus dirigentes o de los contrarios.
Hoy, más que nunca, hay que gritar por Gaza. Hay que alzar la voz por quienes ya no pueden hacerlo. Y exigir justicia. Sin dobles varas. Sin geopolítica. Sin intereses que valgan más que una vida humana.
Que los dirigentes europeos se pongan en su lugar, en ese sufrimiento de haberlo perdido todo, de ver sufrir a sus hijos, de no poder comer ni beber agua. Es angustioso y no entiendo cómo pueden dormir tranquilos en sus casas con sus familias, a no ser que las corazas de sus corazones les hayan hecho perder todo sentido de la humanidad.
Se debe exigir la entrada inmediata de ayuda y alimentos a la población civil. De lo contrario, se habrá perdido todos los valores de la política, toda la dignidad de un ser humano,
Citas clave de la ONU y organismos internacionales.
- "Castigo colectivo cruel"
El 2 de mayo de 2025, un alto funcionario de la ONU instó a Israel a levantar el bloqueo de ayuda humanitaria a Gaza, calificándolo de "castigo colectivo cruel". La ONU informó que más de 3.000 camiones de ayuda están varados en la frontera, mientras que un millón de niños están en riesgo debido a la escasez de alimentos, agua y medicinas.
- "La hambruna se ha extendido por toda Gaza"
El 9 de julio de 2024, un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU declaró que la hambruna se había propagado por toda la Franja de Gaza, señalando que las recientes muertes de niños por desnutrición indicaban que la situación había alcanzado niveles catastróficos
- "Gaza es la crisis humanitaria más aguda desde la Segunda Guerra Mundial"
Abdulhakim Elwaer, representante de la FAO, afirmó en octubre de 2024 que Gaza enfrenta la crisis humanitaria más severa desde la Segunda Guerra Mundial, con más de dos millones de personas sufriendo inseguridad alimentaria extrema.
- "El hambre como arma de guerra"
Un comité especial de la ONU señaló en noviembre de 2024 que las políticas y prácticas de Israel en Gaza son "consistentes con las características del genocidio", destacando el uso del hambre como arma de guerra.
- "El mundo debería avergonzarse por no detener esto"
Martin Griffiths, jefe humanitario de la ONU, declaró en marzo de 2024 que la comunidad internacional debería "agachar la cabeza de vergüenza" por no haber detenido la catástrofe humanitaria en Gaza.