Metamorfosis global
La sociedad mundial, incluido el sistema político, las maquinarias del Estado, los Congresos, las instituciones, las multinacionales, la prensa e incluso el sistema educativo en toda su extensión, tienen que entrar en un cambio serio, en una metamorfosis que transformen sus objetivos para que sean dirigidos a la transformación de un mundo de igualdad, de respeto, de bienestar social, donde impera la paz y el cuidado de la biodiversidad de nuestro planeta.
Las guerras, la corrupción generalizada de las instituciones, la dignidad de los políticos por los suelos, el aumento de la crisis climática sin que se haga nada por evitarlo, la ausencia de leyes que protejan a los ciudadanos, los miles de indultos que los gobiernos realizan a sus políticos corruptos, el ambiente belicoso de todos los países de la Unión Europea, los muros que se levantan para evitar la libre circulación de personas, las muertes en los mares de refugiados, los campos hacinados de los mismos en tierra de nadie…, son síntomas de una sociedad enferma que necesita un rápido y urgente cambio, si no queremos entrar en un ciclo oscuro donde el abismo sea el exterminio de nuestra propia especie.
Necesitamos una metamorfosis no para dentro de una década o dos, sino para lo sumo en un año. Una transformación donde se priorice la conservación de la naturaleza, la paz, la estabilidad de la gente y nos encaminemos hacia la transformación del denominado Proyecto Venus, una forma de vida estable, donde se pretende eliminar la guerra, la pobreza, la política, recuperar el medio ambiente y su biodiversidad, afrontando los problemas mundiales mediante un diseño global holístico-sistémico que permite alcanzar una civilización mundial que respete la capacidad de carga del planeta y supere el sistema económico monetario de mercado basado en la escasez, ofreciendo una educación relevante, declarando los recursos de la Tierra como patrimonio común de todos sus habitantes y aplicando el método científico directamente a la consecución de estos objetivos a través de la automatización progresiva de producción, distribución y reciclaje de los recursos, creando libre acceso a los bienes y servicios necesarios para la vida y aumentando significativamente su calidad para toda la especie humana.
Hoy existe la suficiente tecnología para dar esos cambios necesarios para un mundo mejor, pero las raíces se encuentran bien extendidas en la población con premeditadas garras psicológicas como las de El mundo Feliz de Aldous Huxley o 1984 con el ministerio de la verdad de George Orwell. Es difícil que despertemos y logremos evitar la caída del homo sapiens torpe a su propia autodestrucción.
Pero para evitarlo, es necesario un cambio de mentalidad radical, que nos haga ponernos todos de acuerdo. La situación geopolítica actual, de conflictos y líderes mundiales donde priman sus interese por encima del otro, hace que nunca podamos llegar a cambiar, convirtiéndose el Proyecto Venus en una utopía que nunca lograremos alcanzar, a no ser que de un día para otro, realicemos esa metamorfosis que Franz Kafka nos quiso mostrar en su libro inmortal.